HFC significa hidrofluorocarburo, una combinación fabricada de hidrógeno, flúor y átomos de carbono. Los HFC se encuentran en los agentes de soplado utilizados en el adhesivo y aislamiento para techos de espuma en aerosol. Sin las HFC, el aislamiento para techos no se "espumaría", expandiría y proporcionaría la tremenda resistencia térmica (valor R) que un edificio necesita. Los HFC también se encuentran en los sistemas de refrigeración y aire acondicionado.
Sin embargo, hay un gran problema con los HFC. Las emisiones de HFC causan un aumento del calentamiento en la estratosfera, informa la NASA, acelerando las reacciones químicas que destruyen las moléculas de ozono y disminuyendo los niveles de ozono.
En otras palabras, las HFC atrapan el calor en nuestra atmósfera y contribuyen al calentamiento global. Por lo tanto, tienen un alto potencial de calentamiento global (GWP) y, en última instancia, son perjudiciales para el medio ambiente. ¿Qué tan malo?
“Aunque las HFC actualmente representan alrededor del 1 % del total de gases de efecto invernadero”, explica la Climate and Clean Air Coalition, “su impacto en el calentamiento global puede ser cientos a miles de veces mayor que el del dióxido de carbono por unidad de masa”.
El Departamento de Ecología del Estado de Washington agrega que “si no se detiene su uso, las emisiones de HFC aumentarán a 7-19% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero para el 2050”.
¿Las HFC en materiales para techos realmente contribuyen tanto al problema? Sí. El consumo global de HFC en el sector de las espumas de construcción representó ~38 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono en 2010, según la Agencia de Protección Ambientalde los EE. UU.
Eliminar gradualmente las HFC podría hacer más que beneficiar al medio ambiente. También podría impulsar mejoras en la eficiencia energética de los aires acondicionados, refrigeradores y otros equipos que dependen de estos productos químicos, señala la Coalición de Aire Limpio.